María de la presencia… la presencia de María
Dios hizo su morada plenamente espiritual en María antes de la Encarnación del Verbo Eterno.
La Presencia divina inundaba el alma y la persona y la vida toda de la niña y de la joven María.
Con la Encarnación la Presencia espiritual trascendió en Presencia divina y humana en la Persona misma del Verbo Encarnado: Dios.
La Trinidad divina moró en todo el ser y existir de María.
Ella es María de la Presencia, porque Dios la inundó de Sí mismo con una Presencia total más allá de la medida de ella.
Ver a María es Ver la Presencia divina en ella.
Donde quiera y como quiera que María se hiciera presente, llevaba y lleva consigo la Presencia.
Podrá haber Presencia divina por Sí misma, pero no puede estar presente María sin Presencia divina.
TODO A JESÚS POR MARÍA
P. Ramón Martínez Cardoso c.o.